Virginia Muñoz Gutiérrez
Nada de lo que he vivido hasta ahora se compara a lo que experimento en estos momentos. Mis entrañas brincan cada vez que veo el calendario y me doy cuenta de que esto está pasando de verdad. Pero también hay un estrés interminable que se va amontonando sobre mis hombros con cada minúsculo detalle que hay que organizar para ese rito que durará escasas horas. Y es primordial hacerlo como una pareja. ¡No por ser el novio creas que sólo te preocupas por llegar peinado a la misa! La planeación de una boda es el inicio de la coexistencia hasta que la muerte nos separe, y debe haber todo el apoyo y la confianza para que ninguno entre a este convenio con resentimientos.
Mi madre me ha preguntado en varias ocasiones a lo largo de los últimos meses si estoy totalmente segura de lo que estoy haciendo. Los chistes de “todavía estás a tiempo para correr” no han faltado. Lucho a diario contra esa loca idea de “ya se cansó de ser feliz”. Ah, también el de que ya tienes que pedir permiso a tu pareja para todo. Esas son sólo bromas, pero la realidad es que los matrimonios tienen mayores monstruos contra los cuales luchar.
24 por adulterio, 40 por abandono de hogar, 2 por haber cometido delito doloso o infamante, 9 por incompatibilidad de caracteres... en total 4,283 parejas (http://sc.inegi.org.mx/sistemas/cobdem/resultados.jsp?w=61&Backidhecho=9&Backconstem=7&constembd=052) simplemente no pudieron más y terminaron en divorcio. Esto fue sólo en el 2012 en Jalisco. La mayoría de estos son en áreas urbanas, sólo dos son de áreas rurales. Pero sabemos que esa cifra sería mucho más alta si sumáramos las parejas que simplemente siguen unidas por conveniencia o por costumbre. Dentro de mi familia, solamente contando entre parientes cercanos, hay cuatro divorcios. En la televisión siempre vemos el estereotipo de la pareja casada que ya no se divierte y ha perdido la chispa. La infidelidad es una herramienta favorita de la industria del entretenimiento. La UNAM realizó un estudio sobre la infidelidad (http://www.iis.unam.mx/pdfs/iismedios/febrero2012/creceinfidelidad.pdf), también en 2012, y los resultados no son muy reconfortantes. Además de vender boletos en el cine, este comportamiento va en alza en nuestro país, con parejas reales. Factores desde psicológicos, culturales, y hasta genéticos pueden predisponer a una persona a ser infiel.
No faltan motivos en este mundo para no querer casarse.
A pesar de todo esto, sigo con la certeza de que formar una familia con este hombre me va a hacer feliz. Defiendo el sueño de una vida juntos. He expulsado toda duda de mí. Tal vez tener esa firme convicción es la única forma de que ese sueño se convierta en realidad.