como lollapalooza pero con sombrero y tecate
“Crónica alterada para la
plebada”
*(El titulo no es referencia a una nueva canción de “A Band Of Bitches”.)
Por Cinthya Gómez
Twitter: @escriboenlaluna
Imagine el lugar: un recinto tan polvoriento como el viejo oeste. Cuatro puntos cardinales cuya referencia para ubicarlos son los expendios de Cerveza, refresco, aguas frescas de dudosa procedencia, papas fritas y puestos donde ofrecen “Tres hotdogs por 20 pesos”. Nadie se fijaba qué le vendían, ni nadie se fijaba a quien se lo vendía. Ver al “Del Rancho” era lo que importaba.
Hay que saber que en Tepa un Baile Masivo es inherente a desvelada y vuelo a la hilacha.
La feria Tepabril 2014 dio cabida en su gran mayoría, a presentaciones de agrupaciones de música popular mexicana. En el Palenque se anunció al hijo de Antonio Aguilar, La Arrolladora, Julión Álvarez y los Tigres del Norte. Río Roma fue la cursi excepción. Todos conocidos por Todos. No se hagan.
En los bailes masivos ahí sí se enlistaron bandas prominentes exponentes del movimiento alterado. El cabecilla: El Kommander. Calibre 50, La Banda Carnaval y una lista de desconocidos, famosos gracias a quien sabe Dios. Ahí, los kilobits de la música no importan. Se va por el baile macizo y masivo. No importa la procedencia, sino identificarse. Ahí hay que llenar el vacío. Catarsis.
Lollapalooza, el festival de Estados Unidos, anuncia para éste año a bandas de títulos despampanantes como “Foster The People”, Interpol, AFI, The Kooks, London Grammar, Kate Nash, Kongos y un line up de agrupaciones que probablemente sacaron su nombre artístico jugando Scrabble. La versión de A botas y a caballo, región Tepa, a la que hoy hacemos referencia, presenta un elenco con crónicas del viejo oeste. Cuestión de perspectivas. Es fácil. A mí me gusta Kongos, a ellos Cuisillos.
Komanderliebers de Closet
(¿Quien en su sano juicio iría a ver a un interprete que lleve como mote artístico un vehículo SUV marca Jeep alterada en su grafía con una K? ¿Quién abre, Nizan, Doch? Un momento,
¿La inigualable banda Agua de la llave? –Yo le respondo. Al parecer más de los que pudiésemos imaginar.-)
A la entrada del parque Bicentenario los taxis no se daban abasto en bajar personas. Había de todo tipo de ellos. Vestidos de todas las formas posibles. “Que al cabo uno sabe a qué van”, me dijo una señora que salía de llevar a sus hijos a la feria en forma burlona. “Ya subidos los ánimos uno nunca sabe que puede pasar”, intrigaba la dama frustrada.
Más tarde El Kommander reafirmaría lo que la señora decía: “Quiero que todos de aquí salgan haciendo el amor.”
-¿Qué pedo wey, ya viste a la vieja esa?- Decían unos niños fresas (pero todos miramos) señalando (con la mano con la que sostenían la Tecate de 16 onzas) a una joven ataviada de transparencias cortas. No era una rubia de curvas prodigiosas. La excitación era por la indumentaria. Apenas le cubría un retazo los pechos y con remiendos otro se estiraba para taparle la nalga. No soy modista, pero no era necesario para saber que la barriga le robó tela a las demás partes. Sabrá el Señor de la Misericordia si las zapatillas de tacón infinito la dejaron pasársela chingón.
Imagínese la audiencia: 8 mil 500 civiles, entre adolescentes acaloradas, madres desvergonzadas, bebés en brazos, rancheros locos, taquicardios, “tontas” (Así llama Alfredo Ríos a las mujeres en algunas de sus canciones) mirreyes mamones, rockeros aventurados, y uno que otro perdido. Todos reunidos con el mismo motivo, ésa noche el elenco anunciaba a “La Inolvidable Banda Agua de la Llave”, “Los Empresarios”, “Grupo Los Pesados” y al “Kommander”. La desvelada era por el interprete de piezas poéticas como “Tokezones de Cannabis”, “Taquicardio” o “Borracho y Escandaloso”.
A las doce de la noche las filas serpenteaban entre los juegos mecánicos y los algodones de azúcar interpolados por el parque bicentenario. Era noche de fiesta para muchos. No tanto para otros, los policías envueltos en su uniforme de Robocop esculcaban de arriba abajo a la “plebada loca”. Adentro la banda cantaba. Fiesta allá en la pla… en Tepa.
“Morritas de 15, 21 el Bucanas”
Muchos se opusieron a su presencia. Días antes fueron cancelados tres presentaciones en otras ciudades del país. En Tepatitlán, políticos y ciudadanos hicieron lo suyo para exigir que el intérprete no viniera a la feria. Pero no fue más allá de llamar la atención de medios de comunicación locales y estatales. A Alberto Ríos, “El Kommander” no le interesan las críticas. Una tarde publicó en Facebook un video grabado (en su Racer o Camaro) su inminente visita a la feria y lo hizo.
Pasaron 30 minutos después de las dos de la madrugada cuando dejó de tocar “La Inolvidable”, una agrupación que interpreta música de banda y que ha logrado posicionar varios “éxitos” en la radio local. Lo que más llamó la atención de “La Inolvidable” es que uno de sus vocalistas es de Tepa. “Yo recuerdo a Julio de la prepa, desde entonces ya estaba en La Hechicera, una banda de la región. Es de vanidad que le abra un concierto al Komander” Pensé.
La cartografía del lugar era ordinaria. El escenario, frente había un lugar para el publico VIP. Por lo menos un centenar de individuos pagaron por un espacio con mesas y sillas “donde pistearon a gusto su bucanas 21” apartados de los rancheros. Atrás la plebada. Una pequeña unidad de audio. Rodeado todo de expendios de tacos, hotdogs, sanitarios, ambulancias, motobombas, elementos de protección civil y policías. Encima una nata de polvo y humo de tabaco y mota sostenían el frío y opacaban la nocturna madrugada.
Se fuera mayor de edad o no, la cerveza le entraba a todos; fuera por descuido de las autoridades o por desentendimiento de los jóvenes. Los ánimos estaban ya bien calientes pero calmados. Me imaginé ráfagas de cuerno de chivo o por lo menos uno que otro balazo. El miedo no anda en burro, nomás cuando viene el Kommander. No era para menos. Había mucho policía y mucho VIP. Todo quedó en cuento. Todo tranquilo. Fue un remanso de paz.
Movimiento Alterado
Pagué 85 pesos por escuchar al sinaloense cantar sus megalomanías. La historia aumentada del México “narco”: Pacas de Mota, conversaciones en Nextel, ráfagas de Cuerno de Chivo, fiesta, Música de banda. El Kommander habla al putazo, él lo dice. No importa, 85 pesos van y vienen, desperdiciados o bien invertidos según se quiera ver.
Él dice que la gente sataniza sus canciones. Sus referencias a los opiáceos, las botellas de buchanans, muchas mujeres, armas de uso exclusivo del ejército, autos potentes y ropa de marca no desplazan a las rolas románticas. También le canta al amor, muy a su manera, pero le canta.
No es un improvisado. Efectivamente El Kommander, estudió composición y canto. No hay nadie que no haya escuchado una de sus construcciones melódicas. Cambiándole a la tele, más de una vez le dejó en el “Bandamax” cuando sonaba Por favor no cuelgues. Pura curiosidad.
Sonó la tuba. Arriba, le rodeaban una docena de guaruras, abajo le gritaban ¡Kommander, hazme un hijo! Todos sacaron sus teléfonos, no para hacer una llamada, si no para captar a su ídolo de facto.
“Si señor yo soy de rancho”… Se escuchó dos veces y las dos veces causó el mismo sobresalto entre la plebe de Tepa. Las veces que fueran necesarias las muchachas echaron el grito al cielo. La voz de Alfredo Ríos ensordeció a los que estaban más cerca. Las voces de sus coristas mis oídos. Sus seguidores le acompañaron al hilo de cómo le secundaba el acordeón, la tuba o el guitarrón:
Soy de botas y a caballo
soy nacido y creado en el monte
En barrancos y brechas me la he navegado
el olor a ganado costales de mota
y el cantar de los gallos.
Con frijoles de agua y sal
mis padres me dieron crianza
no ocupe mas de un buen catre y una cobijona
para las heladas y cuando ajustaba el calorón
macizo, en el río me bañaba”
-¡Vaya y chingue su madre, yo me quedo!- gritó una joven que no pasaba de los 20 a quien le sostenía la conversación atrás del teléfono. Se agachaba como para que los 8 mil 500 cuerpos le sirvieran de corta ruidos. A esas horas con todas esas latas de cerveza, a muchos ya les caía el saco de los títulos de las canciones del repertorio del Kommander: “Borracho y Escandaloso” y “Más fácil que la tabla del 1” .
Un ranchero Armani
El ranchero común y corriente compra sus ropas en la tienda del pueblo (lo más seguro es que ésa ropa, tenga más de cinco años de uso). Botas, vaqueros, camisas de franela y el sombrero de unas cuantas equis con muchos años de uso, renegrido de sudor y tierra de campo y con manchas de caca de las vacas. No conozco un Ranchero Alteño Dolce, menos Armani. A menos que sea un buchón sinaloense o un capo de telenovela. Me baso en estereotipos. El Komander, en sus letras hace referencia al bronceado diseñador italiano. Yo al verdadero ranchero.
Las prendas Armani están hechas para ser llevadas por personas con fuerte poder adquisitivo y gusto refinado, como los narco juniors, que combinan el Pret a Porter de lujo con el polvo de las terracerías y la pólvora y sangre producida por un cuerno de chivo. Estilo de Vida. Para la ocasión, el Kommander sube a la escena vestido de negro. Solo Dios y él saben si es Armani o Valentino. Es negro y a sus fans femeninas les derrite los bríos. Punto.
-“Hubiera venido de botas y a caballo”- A ver si muy muy, Pienso.
El Kommander no es cualquier persona. Decenas de empleados conforman su staff. Su cuerpo de seguridad le sigue como sombra por el escenario. Arriba no es más que pantalla. Pocos lo saben. Los reporteros locales ni acercarse podían. Desde abajo es otra historia, se le ve gigante en los reflectores
¡Kommander, Kommander! Gritaban a bocajarro los fans sobre la grava de la explanada. Sabe que no es del todo del agrado de la gente en Tepa. Ni en otras muchas ciudades del país. La noche se acabó pronto. Menos mal. Al siguiente día la gente de bien tiene que levantarse temprano para trabajar.
Desencanto
No todo en la vida es posible, a veces toca perder. Para esta feria así fue, (como la canción). La formula “alterada” por la que él empresario y el presidente del comité de la feria optaron este año, no resultó ser del todo afortunada. Se estiman pérdidas que rondan entre los 400 mil hasta los 700 mil pesos.
Estimaciones de un funcionario del ayuntamiento, quien prefiere quedar en el anonimato, calcula que entre los cinco bailes masivos no se logró captar ni si quiera a 25 mil personas. Como dato, el año pasado tan solo la agrupación Calibre 50, concentró esas 25 mil en un solo día. En ferias pasadas, (2009 y 2010) la Banda el Recodo, juntó ella sola, a casi a 50 mil personas.
-“Me gusta todo de ti” contra el “Te estoy engañando con otra y ya estoy aquí en el hotel”-. El movimiento alterado es moda, pasará como pasó el duranguense. Los estragos de abril quedan, unos fueron solo resaca, otros se notarán nueve meses después. Osea en enero. Solo el Señor de la misericordia sabe que pasará.
Todos se quedan con los recuerdos de las parrandas, el Julión, el Kommander. Mientras, vuelve la incertidumbre típica del Tepatitlense y empezamos a hacer nuestras apuestas ¿Quién vendrá para el próximo año? ¿Quién se quedará con el palenque? ¿Volverá la arrolladora por décima vez? ¿Un verdadero Lollapalooza de sombrero y Tecate?
En la realización de esta nota fueron incluidas frases de las composiciones de Alfredo Ríos, a manera de ilustrar aún más el folklor mexicano característico de este tipo de eventos. No con la intención de ofender a nadie. Respeto para todos ellos y para el intérprete.
*(El titulo no es referencia a una nueva canción de “A Band Of Bitches”.)
Por Cinthya Gómez
Twitter: @escriboenlaluna
Imagine el lugar: un recinto tan polvoriento como el viejo oeste. Cuatro puntos cardinales cuya referencia para ubicarlos son los expendios de Cerveza, refresco, aguas frescas de dudosa procedencia, papas fritas y puestos donde ofrecen “Tres hotdogs por 20 pesos”. Nadie se fijaba qué le vendían, ni nadie se fijaba a quien se lo vendía. Ver al “Del Rancho” era lo que importaba.
Hay que saber que en Tepa un Baile Masivo es inherente a desvelada y vuelo a la hilacha.
La feria Tepabril 2014 dio cabida en su gran mayoría, a presentaciones de agrupaciones de música popular mexicana. En el Palenque se anunció al hijo de Antonio Aguilar, La Arrolladora, Julión Álvarez y los Tigres del Norte. Río Roma fue la cursi excepción. Todos conocidos por Todos. No se hagan.
En los bailes masivos ahí sí se enlistaron bandas prominentes exponentes del movimiento alterado. El cabecilla: El Kommander. Calibre 50, La Banda Carnaval y una lista de desconocidos, famosos gracias a quien sabe Dios. Ahí, los kilobits de la música no importan. Se va por el baile macizo y masivo. No importa la procedencia, sino identificarse. Ahí hay que llenar el vacío. Catarsis.
Lollapalooza, el festival de Estados Unidos, anuncia para éste año a bandas de títulos despampanantes como “Foster The People”, Interpol, AFI, The Kooks, London Grammar, Kate Nash, Kongos y un line up de agrupaciones que probablemente sacaron su nombre artístico jugando Scrabble. La versión de A botas y a caballo, región Tepa, a la que hoy hacemos referencia, presenta un elenco con crónicas del viejo oeste. Cuestión de perspectivas. Es fácil. A mí me gusta Kongos, a ellos Cuisillos.
Komanderliebers de Closet
(¿Quien en su sano juicio iría a ver a un interprete que lleve como mote artístico un vehículo SUV marca Jeep alterada en su grafía con una K? ¿Quién abre, Nizan, Doch? Un momento,
¿La inigualable banda Agua de la llave? –Yo le respondo. Al parecer más de los que pudiésemos imaginar.-)
A la entrada del parque Bicentenario los taxis no se daban abasto en bajar personas. Había de todo tipo de ellos. Vestidos de todas las formas posibles. “Que al cabo uno sabe a qué van”, me dijo una señora que salía de llevar a sus hijos a la feria en forma burlona. “Ya subidos los ánimos uno nunca sabe que puede pasar”, intrigaba la dama frustrada.
Más tarde El Kommander reafirmaría lo que la señora decía: “Quiero que todos de aquí salgan haciendo el amor.”
-¿Qué pedo wey, ya viste a la vieja esa?- Decían unos niños fresas (pero todos miramos) señalando (con la mano con la que sostenían la Tecate de 16 onzas) a una joven ataviada de transparencias cortas. No era una rubia de curvas prodigiosas. La excitación era por la indumentaria. Apenas le cubría un retazo los pechos y con remiendos otro se estiraba para taparle la nalga. No soy modista, pero no era necesario para saber que la barriga le robó tela a las demás partes. Sabrá el Señor de la Misericordia si las zapatillas de tacón infinito la dejaron pasársela chingón.
Imagínese la audiencia: 8 mil 500 civiles, entre adolescentes acaloradas, madres desvergonzadas, bebés en brazos, rancheros locos, taquicardios, “tontas” (Así llama Alfredo Ríos a las mujeres en algunas de sus canciones) mirreyes mamones, rockeros aventurados, y uno que otro perdido. Todos reunidos con el mismo motivo, ésa noche el elenco anunciaba a “La Inolvidable Banda Agua de la Llave”, “Los Empresarios”, “Grupo Los Pesados” y al “Kommander”. La desvelada era por el interprete de piezas poéticas como “Tokezones de Cannabis”, “Taquicardio” o “Borracho y Escandaloso”.
A las doce de la noche las filas serpenteaban entre los juegos mecánicos y los algodones de azúcar interpolados por el parque bicentenario. Era noche de fiesta para muchos. No tanto para otros, los policías envueltos en su uniforme de Robocop esculcaban de arriba abajo a la “plebada loca”. Adentro la banda cantaba. Fiesta allá en la pla… en Tepa.
“Morritas de 15, 21 el Bucanas”
Muchos se opusieron a su presencia. Días antes fueron cancelados tres presentaciones en otras ciudades del país. En Tepatitlán, políticos y ciudadanos hicieron lo suyo para exigir que el intérprete no viniera a la feria. Pero no fue más allá de llamar la atención de medios de comunicación locales y estatales. A Alberto Ríos, “El Kommander” no le interesan las críticas. Una tarde publicó en Facebook un video grabado (en su Racer o Camaro) su inminente visita a la feria y lo hizo.
Pasaron 30 minutos después de las dos de la madrugada cuando dejó de tocar “La Inolvidable”, una agrupación que interpreta música de banda y que ha logrado posicionar varios “éxitos” en la radio local. Lo que más llamó la atención de “La Inolvidable” es que uno de sus vocalistas es de Tepa. “Yo recuerdo a Julio de la prepa, desde entonces ya estaba en La Hechicera, una banda de la región. Es de vanidad que le abra un concierto al Komander” Pensé.
La cartografía del lugar era ordinaria. El escenario, frente había un lugar para el publico VIP. Por lo menos un centenar de individuos pagaron por un espacio con mesas y sillas “donde pistearon a gusto su bucanas 21” apartados de los rancheros. Atrás la plebada. Una pequeña unidad de audio. Rodeado todo de expendios de tacos, hotdogs, sanitarios, ambulancias, motobombas, elementos de protección civil y policías. Encima una nata de polvo y humo de tabaco y mota sostenían el frío y opacaban la nocturna madrugada.
Se fuera mayor de edad o no, la cerveza le entraba a todos; fuera por descuido de las autoridades o por desentendimiento de los jóvenes. Los ánimos estaban ya bien calientes pero calmados. Me imaginé ráfagas de cuerno de chivo o por lo menos uno que otro balazo. El miedo no anda en burro, nomás cuando viene el Kommander. No era para menos. Había mucho policía y mucho VIP. Todo quedó en cuento. Todo tranquilo. Fue un remanso de paz.
Movimiento Alterado
Pagué 85 pesos por escuchar al sinaloense cantar sus megalomanías. La historia aumentada del México “narco”: Pacas de Mota, conversaciones en Nextel, ráfagas de Cuerno de Chivo, fiesta, Música de banda. El Kommander habla al putazo, él lo dice. No importa, 85 pesos van y vienen, desperdiciados o bien invertidos según se quiera ver.
Él dice que la gente sataniza sus canciones. Sus referencias a los opiáceos, las botellas de buchanans, muchas mujeres, armas de uso exclusivo del ejército, autos potentes y ropa de marca no desplazan a las rolas románticas. También le canta al amor, muy a su manera, pero le canta.
No es un improvisado. Efectivamente El Kommander, estudió composición y canto. No hay nadie que no haya escuchado una de sus construcciones melódicas. Cambiándole a la tele, más de una vez le dejó en el “Bandamax” cuando sonaba Por favor no cuelgues. Pura curiosidad.
Sonó la tuba. Arriba, le rodeaban una docena de guaruras, abajo le gritaban ¡Kommander, hazme un hijo! Todos sacaron sus teléfonos, no para hacer una llamada, si no para captar a su ídolo de facto.
“Si señor yo soy de rancho”… Se escuchó dos veces y las dos veces causó el mismo sobresalto entre la plebe de Tepa. Las veces que fueran necesarias las muchachas echaron el grito al cielo. La voz de Alfredo Ríos ensordeció a los que estaban más cerca. Las voces de sus coristas mis oídos. Sus seguidores le acompañaron al hilo de cómo le secundaba el acordeón, la tuba o el guitarrón:
Soy de botas y a caballo
soy nacido y creado en el monte
En barrancos y brechas me la he navegado
el olor a ganado costales de mota
y el cantar de los gallos.
Con frijoles de agua y sal
mis padres me dieron crianza
no ocupe mas de un buen catre y una cobijona
para las heladas y cuando ajustaba el calorón
macizo, en el río me bañaba”
-¡Vaya y chingue su madre, yo me quedo!- gritó una joven que no pasaba de los 20 a quien le sostenía la conversación atrás del teléfono. Se agachaba como para que los 8 mil 500 cuerpos le sirvieran de corta ruidos. A esas horas con todas esas latas de cerveza, a muchos ya les caía el saco de los títulos de las canciones del repertorio del Kommander: “Borracho y Escandaloso” y “Más fácil que la tabla del 1” .
Un ranchero Armani
El ranchero común y corriente compra sus ropas en la tienda del pueblo (lo más seguro es que ésa ropa, tenga más de cinco años de uso). Botas, vaqueros, camisas de franela y el sombrero de unas cuantas equis con muchos años de uso, renegrido de sudor y tierra de campo y con manchas de caca de las vacas. No conozco un Ranchero Alteño Dolce, menos Armani. A menos que sea un buchón sinaloense o un capo de telenovela. Me baso en estereotipos. El Komander, en sus letras hace referencia al bronceado diseñador italiano. Yo al verdadero ranchero.
Las prendas Armani están hechas para ser llevadas por personas con fuerte poder adquisitivo y gusto refinado, como los narco juniors, que combinan el Pret a Porter de lujo con el polvo de las terracerías y la pólvora y sangre producida por un cuerno de chivo. Estilo de Vida. Para la ocasión, el Kommander sube a la escena vestido de negro. Solo Dios y él saben si es Armani o Valentino. Es negro y a sus fans femeninas les derrite los bríos. Punto.
-“Hubiera venido de botas y a caballo”- A ver si muy muy, Pienso.
El Kommander no es cualquier persona. Decenas de empleados conforman su staff. Su cuerpo de seguridad le sigue como sombra por el escenario. Arriba no es más que pantalla. Pocos lo saben. Los reporteros locales ni acercarse podían. Desde abajo es otra historia, se le ve gigante en los reflectores
¡Kommander, Kommander! Gritaban a bocajarro los fans sobre la grava de la explanada. Sabe que no es del todo del agrado de la gente en Tepa. Ni en otras muchas ciudades del país. La noche se acabó pronto. Menos mal. Al siguiente día la gente de bien tiene que levantarse temprano para trabajar.
Desencanto
No todo en la vida es posible, a veces toca perder. Para esta feria así fue, (como la canción). La formula “alterada” por la que él empresario y el presidente del comité de la feria optaron este año, no resultó ser del todo afortunada. Se estiman pérdidas que rondan entre los 400 mil hasta los 700 mil pesos.
Estimaciones de un funcionario del ayuntamiento, quien prefiere quedar en el anonimato, calcula que entre los cinco bailes masivos no se logró captar ni si quiera a 25 mil personas. Como dato, el año pasado tan solo la agrupación Calibre 50, concentró esas 25 mil en un solo día. En ferias pasadas, (2009 y 2010) la Banda el Recodo, juntó ella sola, a casi a 50 mil personas.
-“Me gusta todo de ti” contra el “Te estoy engañando con otra y ya estoy aquí en el hotel”-. El movimiento alterado es moda, pasará como pasó el duranguense. Los estragos de abril quedan, unos fueron solo resaca, otros se notarán nueve meses después. Osea en enero. Solo el Señor de la misericordia sabe que pasará.
Todos se quedan con los recuerdos de las parrandas, el Julión, el Kommander. Mientras, vuelve la incertidumbre típica del Tepatitlense y empezamos a hacer nuestras apuestas ¿Quién vendrá para el próximo año? ¿Quién se quedará con el palenque? ¿Volverá la arrolladora por décima vez? ¿Un verdadero Lollapalooza de sombrero y Tecate?
En la realización de esta nota fueron incluidas frases de las composiciones de Alfredo Ríos, a manera de ilustrar aún más el folklor mexicano característico de este tipo de eventos. No con la intención de ofender a nadie. Respeto para todos ellos y para el intérprete.