Mientras llega la fecha de la presentación de nuestro primer libro te invitamos a que leas este relato de Eduardo Castellanos, incluido en este volumen.
A pesar de no haber estudiado y ni siquiera la primaria Cruciana era capaz de enseñar a leer y escribir a 80 niños del mismo tiempo.
Cruciana no sabía de tablets, pizarrones interactivos o paros del SNTE. Únicamente con un silabario en la mano, ella era maestra de las buenas.
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A pesar de no haber estudiado y ni siquiera la primaria Cruciana era capaz de enseñar a leer y escribir a 80 niños del mismo tiempo.
Cruciana no sabía de tablets, pizarrones interactivos o paros del SNTE. Únicamente con un silabario en la mano, ella era maestra de las buenas.
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